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sábado, 10 de octubre de 2015

Sombras

Sus piernas eran rutas conocidas,
sus labios de dominio nacional,
su baile provocaba ganas enfermizas
de arrojarla a la cama en un acto pasional.

Era madre, era hermana, era hija,
era una mujer excepcional.
Las drogas no habían entrado en su vida
ni el alcohol la acompañaba en el dolor.

Yo la vi una vez, en sabanas blancas,
en su rostro había un rayo de paz,
la luz se había escapado de sus ojos
junto con los sueños de libertad.

Había estudiado medicina en la nacional,
tenía un novio que la amaba hasta matar,
su pequeña Alicia de dos años nada más
jamás le volvería a decir mamá.

Es tan grande la bondad en muchos
y en otros es inmensa la maldad,
es que hay una ciudad en sombras
que todos cruzan sin mirar,
hay almas escondidas que desean encontrar
la vida que se les robó.




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