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domingo, 23 de febrero de 2014

Tiempo

Con el tiempo, los más bellos recuerdos se transforman en sombras indivisibles, dejando a plena luz aquello que solo queremos guardar en el olvido.
Con el tiempo la sonrisa se apaga y se embriaga con la fría abstinencia del miedo.
Con el tiempo las lágrimas caen con más pavor y se mesclan con la lluvia de aquel lejano otoño en el que te perdí.
Con el tiempo las heridas se convierten en cicatrices, cicatrices que no olvidan, cicatrices que manchan infinitos intentos de comenzar.
El tiempo no lo cura todo. El tiempo tan solo es tiempo. Y es mi mente la que lo controla.
Es mi yo en su mirada y es su mirada en el espejismo de un a agonía que expiró su último aliento para entregarse a la muerte con los brazos abiertos.
Y mi mirada aun guarda la imagen de aquel cajón repleto de nada, de aquel cuerpo putrefacto sin luz y sin alma.
Y es que con el paso de los años aún te amo, siendo mi amor el ultimo en yacer, para dejar sobre ese desolado pasto bañado en rocío, un eterno clavel.

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