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domingo, 23 de febrero de 2014

Final Inconcluso

Tras mucho pensar he decidido, dar paso a las emociones y dejarme llevar. Tanto tiempo reteniendolas, guardándolas, me ha hecho más daño del que creí que podrían causar dejándolas libres.


Miro a mi alrededor ¿Y qué veo? Absolutamente nada. Y esa nada a la vez es demasiado, tanto que llega a serlo todo ¿Por qué? Porque solo yo se qué puede llenar mi propia nada, y es así que decido iniciar mi camino, mi búsqueda y me delicioso descontrol.


He dejado caer sobre la rústica alfombra color bordó, espesas gotas de sangre que han esquivado los hermosos detalles en dorado, mezclándose con el color opaco de la alfombra.


Nadie habrá notado ese error, por lo que continuaré haciendo de las mías. Dejando liberar esta locura que llevo dentro. Perdón ¿Dije locura? Os explico: Al liberar todas mis emociones, al dejarlas fluir a gusto y complacencia, me he perdido, sí, me perdí en un lugar oscuro, y lleno de nada. En ese trance pude ver, entre medio de la negrura, una linea blanca. Al perseguirla tropecé, pero ¿Qué puede haberse interpuesto en mi camino lleno de nada? Un abismo. Y caí, y aún me encuentro cayendo.


No se a donde iré a parar, es por ello que me dejo llevar. Ahora solo son mis emociones las que hablan, las que se mueven, las que sienten, las que pagan. Mientras que yo continúo cayendo, sin temer a lo que se avecina, pues el miedo no ha de librarme del por venir, simplemente lo empeoraría.


Es por ello que cierro mis ojos y siento como todo gira a mi alrededor, esperando con calma, llegar al final de aquél abismo.



Coloco el bisturí dentro de un baso lleno de agua caliente y contemplo como la sangre se despega de aquel filoso utensilio formando espesos hilos rojizos que se unifican en el fondo impregnándose en el vidrio y tiñendo el agua de un agradable y placentero color carmesí.
Respiro hondo el intenso aroma que invade la sala. No podría compararlo con absolutamente nada y describirlo es bastante complicado. Pero podría decirse que es similar al olor de un metal oxidado, solo que a diferencia de ello, este aroma es más ardiente y mareante.


Aún sigo pensando en aquella linea blanca que vi entre la nada, y me preguntó ¿Habría sido lo correcto llegar a ella? Pues el simple hecho de que fuese, algo, no significa de que fuese bueno o malo. A veces la maldad se disfraza, se tiñe y se confunde con la bondad y uno se pierde en ella.


Quizás caer ha sido algo bueno ¡Algo muy bueno! Y ya sea hora de llegar al final de aquel abismo. Pero como bien dicen, todo a su debido tiempo.


Le doy una última mirada a esos brillantes y piadosos ojos cuan color miel me mantiene hipnotizada impidiéndome apagarlos.
Pero mis emociones actúan por sí solas y es así que la locura enceguece al amor y el bisturí que antes posaba dentro del baso, ahora yace en su pecho, y esos ojos suplicantes que tanto me atraparon, pierden poco a poco su brillo, hasta esconderse tras sus parpados enrojecidos.


Pero esto no ha de dar fin a mi locura, mis emociones apenas están desatándose.


¿Por qué lo asesiné? Es algo que aún no se con exactitud, o al menos no quiero conocer la respuesta.
Por el momento continúo cayendo, a ver que me espera al final del abismo.

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