Escuché llorar a las
flores
mientras se amotinaban
las risas del pantano
Llegué a besar la
tierra
a saborear los musgos
y a sentir en carne
propia
el lamento de las
piedras.
Es este suelo, el
recuerdo un adiós,
aquí donde tus pies
caminan sin saber
aqui, donde nació la
triste historia de Marlen.
Rosas de viento
señalan un norte confuso,
espejos de mar,
reflejan la nostalgia
y las lágrimas de
Marlen bañan cuan rocío,
las hojas en
madrugada.
Mas yo, poeta de
buenos aires,
transito por estas
calles,
sintiendo el dolor
de una enamorada que
mi alma a conquistado
con su vago corazón.
Marlen, que en estas
tierras
su amor la abandonó.
Marlen, que un día
como tantos
pisando este suelo
un brebaje de veneno
bebió
cuan Romeo por su Julieta,
el último aliento
de sus labios exhaló.
Y en brazos del
invierno,
el ultimo susurro del
viento
en su lecho despertó
la razón de su
derrota,
pero ahora era una paloma
que a al verano se
marchó.
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